El Verderon Comun y sus Mutuaciones

 

 

El verderón común es un ave que pertenece al orden de los paseriformes, a la familia de los fringílidos y al género de los “carduelis”. Del género “carduelis”, él es la especie denominada “CARDUELIS CHLORIS”.

Se le llama en valenciano “verderol”; en gallego “verderolo”; en vasco, “txorru”; en catalán, “verdum”; en portugués, “verdilhao”; en italiano, “verdone”; en francés, “verdier”; en inglés, “greenfinch” y en alemán, “grüunling”.

Es un pájaro que puede alcanzar hasta los 16 cms.

VOZ: Un corto trino rápido y sonoro; también en breve y repetido “sup” o “siup”. En época de cría, un prolongado "tsurriii" nasal con el que remata su canto; éste consiste en el gorjeo combinado con notas de reclamo, que emite desde lo alto de las copas de árboles.

HABITAT: Huertos, sotos, bosquetes, avenidas... Anida en setos, arbustos y pequeños árboles, especialmente los perennes.

DISTRIBUCIÓN: Desde toda Europa y el Norte de África hasta el Oeste de Asia.

DISTINCIÓN SEXUAL: Macho, verde oliváceo con obispillo y pecho amarillentos y bordes de la cola y alas amarillo vivo.

Hembra, de color verde mucho más apagado con menos amarillo en alas y cola, de tono generalmente parduzco. Jóvenes, el color pardo casi cubriendo el verde y con la pechuga listada.

Es de migración parcial. Sufre trastornos intestinales que pueden ser corregidos con ciertos antibióticos. Puede coger la tenia, que se elimina sin dificultad con empleo de vermífugos. Comienza el celo a primeros de marzo. Su adaptación a la cautividad suele ser fácil y rápida. No debe considerarse algo excepcional, el hecho de reproducirse en primavera una pareja capturada en noviembre. No obstante, se da la paradoja de ser siempre nervioso y huidizo. Hasta los mutados se comportan de esa forma. Tanto es así, que yo los tengo catalogados más como pájaro de sala de vuelo que de jaula y jaulón.

La hembra, en ocasiones, presenta problemas criando en jaulón, pues, con la ayuda del macho, construye el nido en dos o tres días, pero es muy propensa a poner luego los huevos fuera de él.

No todas hacen eso, pero muchas, sí. No sé si exagero, pero yo diría que, de diez hembras en reproducción, cinco pondrán los huevos fuera del nido construido. En jaulón, asimismo, los machos con su nerviosismo también hacen con facilidad de las suyas. Me refiero a que alguno que otro se despacha picando los huevos. En cambio, en salas de vuelo amplias, las hembras siempre suelen poner dentro del nido y los machos los respetan más. Ahora bien, todos sabemos los inconvenientes que conlleva tal modalidad de cría, “la cría a la loca”: pueden cruzarse factores de forma incorrecta y no se sabe bien la procedencia de las crías, aunque se lleve un control a través de anillas de color colocadas en las patas de los reproductores y señales en los nidales.

Para criar “a la loca”, hay que procurar que la sala no contenga especies agresivas que puedan molestarles. Al ser el verderón bastante territorial en época de celo, es conveniente poner muy pocos machos con triple número de hembras. De lo contrario, las peleas entre machos y el excesivo acoso de éstos a las hembras pueden provocar algunas bajas en ambos sexos.

Conversando al respecto por teléfono con el amigo Aurelio Navarro, de la Línea de la Concepción, el más veterano en la cría del verderón (lo trabaja de forma continuada desde chavalín), me comentó que él dispone de unas cuantas salas y pone en cada una un macho con cinco hembras. Año tras año ha visto que las hembras resultan fecundadas con facilidad, dándose siempre al final un buen rendimiento. Él, pues, muchísimo más entendido que yo en verderones por su dilatada dedicación a ellos, es partidario de criar “a la loca” y poner un macho x cinco hembras. Y no incluye en la sala ejemplar alguno de otra especie. Controla la procedencia a base de colocar anillas de distinto color a hembras y número a los nidales. Me explicó cómo protege los nidos para evitar que el macho pueda meterse con los huevos de las hembras, pero yo, por teléfono, no me hice idea del tipo de protección de que me habló, por lo que no puedo exponerlo para conocimiento de todos. Debo decir que, de quererse hacer más rentabilidad, no hay más que sacar de la sala los huevos que veamos fecundados y pasarlos a parejas de canarios nodrizas.

COMIDA: Yo los tengo a mixtura de canarios mezclada al 50% con alpiste, con lo que la mixtura del canario queda rebajada; asimismo, incluyo en la mezcla bizcocho molido. Procuro que no les falte nunca la hoja de lechuga y trigo germinado, el cual devoran por lo mucho que les gusta. En época de cría, les pongo también algo de huevo cocido (clara y yema) a fin de aportarles proteína, pero con sumo cuidado de que no llegue a estropearse, sobre todo, por el calor.

SUS MUTACIONES

El verderón común, en cuanto a mutaciones, se encuentra aún a distancia del canario de color.

Hoy día, en el verderón común, se dan las cuatro series de melaninas del canario. Sí, ya contamos con:

* El verderón negrobruno, ascentral o clásico.

* El mutado ágata.

* El mutado bruno.

* El mutado isabela.

Desgraciadamente, todos ellos sólo en pigmentación lipocrómica amarilla. Asimismo, disponemos desde hace muchísimos años de la MUTACION SATINÉ, que se ha fijado en el ágata y en el isabela, dando así lugar al: “VERDERÓN ÁGATA SATINÉ AMARILLO y al VERDERÓN ISABELA SATINÉ AMARILLO”.

Como en el canario, en el verderón no se ha fijado el factor satiné en el negrobruno ni en el bruno, por lo que no existe hasta la fecha el ejemplar negrobruno satiné ni el bruno satiné. Sí puede encontrarse algún individuo isabela satiné “bruneando”, pero nada más.

Pasemos ahora a informar un poco de cada uno de los factores anteriores.

VERDERÓN NEGROBRUNO

Este factor ascentral es producido por melaninas negras y marrones superpuestas sobre una base lipocrómica amarilla.

Como ya expuse al hablar de la diferencia sexual, el macho es verde oliváceo, con obispillo de
 

color verde amarillento y color amarillo visible en alas y cola. Robusto pico blancuzco y patas rosadas. La hembra, de color más apagado, más gris, más bruneo en el manto, menos amarillo. Jóvenes, más pardos y listados en el pecho. Vuelo ondulante.

Se trata de un factor de transmisión ligada al sexo.



VERDERÓN ÁGATA AMARILLO

Como en el canario ágata, surgió a partir de una mutación del gen ligado al sexo ascentral, de no dilución melánica, responsable del verderón clásico. Genéticamente, el verderón ágata amarillo no es más que un verde diluido.


El nuevo gen surgido tras la mutación manda acción de dilución melánica y consigue un diseño melánico notablemente aclarado o diluido, de un gris ceniza sumamente pálido y hermoso, lo cual es debido a la incompleta oxidación melánica.

Las hembras presentan más gris ceniza que los machos, por lo que se diferencian más del verderón clásico. Me llena particularmente más el color de la hembra que el del macho.

Este verderón es de ojos oscuros. Patas, pico y uñas también oscurean.

El factor ágata, como en el canario, es factor recesivo de transmisión ligada al sexo. Para ser


puro ágata, el macho tiene que llevar el gen responsable en los dos cromosomas sexuales; a la hembra, le basta sólo con llevarlo en el cromosoma sexual activo.

Al ser factor recesivo y de tal transmisión, cruzando un macho puro ágata con verderona clásica, todos los descendientes de sexo macho son de fenotipo clásico portadores de ágata y las hembras, puras ágatas.

Si un macho ágata amarillea mucho, es que va portando el gen satiné. Se diferencia con cierta facilidad el macho ágata a secas del ágata portador de satiné por la abundancia de amarillo de este último.

Aquí viene la foto nº 4 y dice: Hembra mutado ágata isabela satiné. (Amarillea mucho por portar satiné). (Foto: Ángel Cabrera.


Tiene su origen en la mutación del gen responsable de la melanina negra existente en el verderón clásico o negrobruno. El nuevo gen surgido en este caso mandó al fenotipo una nueva acción, una acción con efectos de pérdida de melanina negra a la vez que respetó a la melanina bruna que también lleva el clásico.

Realmente, este individuo es poseedor de dos melaninas brunas: la nueva surgida al transformarse la negra y la bruna que ya poseía el clásico junto a la negra.

Este pájaro presenta un manto canela superpuesto sobre base o fondo amarillo. Es de ojos rosados; patas, pico y uñas de color carne.

Como ocurre con el canario bruno, cuanto más oxidación presente, cuanto más achocolatado resulte, más se aproxima al estándar establecido y, en su consecuencia, de más calidad es a efectos de melanina.

Cuando un verderón bruno amarillea mucho, es señal de ser portador de isabela satiné.

El bruno es igualmente factor recesivo de transmisión ligada al sexo. El macho, para ser puro bruno, necesita llevar el gen responsable del factor bruno en ambos cromosomas sexuales;


a la hembra, para ser pura bruna, le basta alojarlo sólo en el cromosoma sexual activo.

Cruzando un macho puro bruno con hembra clásica, todos los machos salen de fenotipo clásico (bruneando más de lo corriente) portadores de bruno y las hembras todas brunas.







VERDERÓN ISABELA AMARILLO

Hay quienes sostienen que los buenos isabelas proceden de otra mutación producida en el gen responsable de la melanina negra o de mutación en el gen causante del bruno. Para ellos, el nuevo gen surgido mandó una acción de dilución al fenotipo y cuyo resultado es producir en el manto un

canela clarito, una tonalidad café con leche claro, que es lo que caracteriza al verderón isabela.


Para otros, los isabelas proceden de la selección a partir del bruno.

Para otros, en lo que me incluyo, el isabela tiene su origen en el cruce de

ÁGATA x BRUNO o de BRUNO x ÁGATA y cruzando después con hembra CLÁSICA, BRUNA o ÁGATA, aquel descendiente MACHO VERDE que pudiera salir al producirse el bastante frecuente accidente genético llamado ENTRECRUZAMIENTO o CROSSING-OVER (consiste en el intercambio de fragmentos homólogos de un cromosoma al otro). Dicho macho verde ya porta isabela y, cruzado con cualquiera de las hembras citadas, da algunas hembras isabelas

El isabela, cuanto más claro sea, mejor es en cuanto a melanina. Tiene ojos isabelinos, o sea, tirando a rojos; patas, pico y uñas más claros que los del bruno.




Se trata de factor recesivo ligado al sexo.

Si se cruza un verderón puro isabela con verderona clásica, los hijos salen de fenotipo clásico portadores de isabela y puras isabelas las hijas.

¿Qué dominancia se da entre los cuatro factores?

A mi juicio, la dominancia se da así:

El negrobruno domina al ágata, el ágata al bruno (no totalmente, sino parcialmente, pues, entre ambos factores se da algo de codominancia) y el bruno al isabela.



FACTOR SATINÉ

Se trata de una mutación que cambia los mecanismos hereditarios de los pigmentos melánicos.

Presenta las siguientes características:

- La de provocar ojos rojos al diluir el iris.

- La de ser factor recesivo respecto al gen ancestral no satiné y de transmisión ligada al sexo,

necesitando el macho llevar alojado el gen en el par de cromosomas sexuales para ser puro satiné,

mientras que la hembra satiné sólo lo ubica en el cromosoma sexual activo.

- La de hacer desaparecer la melanina negra y parcialmente la bruna.

- La de dar al plumaje tonalidad suave y brillante.



ÁGATA SATINÉ

Al ser el ágata rico en melanina negra y pobre en bruna, el nuevo gen surgido ejerce una dilución grande sobre el pigmento melánico y lo convierte en ejemplar de aspecto lipocromo mosaico de ojos rojos. De ahí que vulgarmente se le haya venido llamando “verderón lutino”. No debiera llamársele así, pues, lutino es el pájaro lipocromo amarillo de ojos rojos y él no es




lipocromo, sino melánico lleno. Si no se aprecia bien por su fenotipo, lo vemos que es melánico con un cruce que hagamos. Si, por ejemplo, cruzamos un macho ágata satiné con hembra ágata, todas las hijas salen ágatas satiné y los hijos, ágatas portadores de satiné, machos amarilleando más que los ágatas a secas.


El ágata satiné es igualmente recesivo de transmisión ligada al sexo.



ISABELA SATINÉ

Visto desde lejos parece semejante al anterior; ya de cerca, se aprecia en el isabela satiné más melanización que en el ágata satiné. Las ralladuras melánicas van sobre todo en el dorso, rémiges y caudales.

Igualmente es factor recesivo de transmisión ligada al sexo.

Cruzando macho isabela satiné con hembra clásica, todas las hijas salen isabelas satiné y los hijos, de fenotipo clásico portadores a un tiempo de isabela y de satiné.

Los factores anteriormente descritos son los que yo he visto. No obstante, hoy se oyen voces en el sentido de existir el verderón pastel, el topacio, el de fondo marfil, etc., etc. Para mí, los ejemplares aislados que pudieran encontrarse con semejantes plumajes serían en aberración y, por tanto, sin poder de transmisión a sus descendientes.

El amigo Navarro ha tenido la gentileza de mandarme cierto número de fotografías y, entre ellas, viene una de un ejemplar al que se le atribuye el factor TOPACIO y otra de un individuo de

lipocromo de base marfil.


La presunta hembra ágata satiné marfil se ve que exhibe un lipocromo clarito como el marfil.

La considerada topacio es de fenotipo parecidísimo a dos ejemplares silvestres que, años atrás, tuve en mi casa; ejemplares que sufrían problemas de metabolismo, pues, a la primera muda pasaron a ejemplares de plumaje clásico.

He aquí a continuación dichas dos fotografías:

Club Español del Fife Fancy
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Bandera de Boltaña (mi pueblo)
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Página creada en:

15/05/2010

Ultima Actualización:

03/01/2023